La última línea de seguridad electrónica: Tu cara como password
A través de una selfie hoy es posible hoy es posible autorizar desde giros bancarios hasta compras a través de internet, con un 99% de seguridad.
Hoy, en el mundo, no hay nada más seguro que esto.
De hecho, es tan seguro, que expertos ya hablan de un salto tecnológico inevitable que terminaría por eliminar las contraseñas. O sea, nunca más tendríamos que memorizar una secuencia de letras, números, signos, mayúsculas para hacer seguras nuestras operaciones electrónicas sino que sólo necesitaremos una cosa: tener un rostro.
Es lo que se conoce como biometría facial y que es hoy la tecnología más moderna que existe.
A Chile llega de la mano de e-certchile, una filial de la Cámara de Comercio de Santiago que, dice, tiene una tecnología de clase mundial para el resguardo de transacciones desde el celular, y sólo a través de una selfie, una buena combinación que, además, simplifica la adopción de este nuevo estándar.
Una tecnología inevitable
El hecho es que no hay vuelta atrás. O al menos eso dicen los expertos, que explican que esta tecnología se convertirá en estándar. Lo importante es qué tan rápido la adoptamos.
¿Por qué? Simple, según The New York Times, al año la industria financiera gasta al menos US$100 mil millones en el desarrollo de una infraestructura de seguridad, lo que ha llevado a que sea este sector el que establece los estándares de seguridad para el resto de las industrias.
123 minucias o particularidades de tu rostro son los que e-certchile verifica al momento de autorizar una transacción a través e la biometría facial.
Y mientras en Estados Unidos ya son varios los bancos que utilizan la biometría facial para sus aplicaciones móviles, Mastercard y Visa ya anunciaron que en los próximos meses tendrían sus propias soluciones en los mercados desarrollados y, en España, un banco ya la usa para solicitar productos financieros desde el celular de sus clientes.
Por eso, la pregunta hoy no es qué, sino que cuándo la implementamos en nuestras transacciones electrónicas. Porque, como explica Andreas Wiechert von Navay, gerente General de e-certchile, esta tecnología no sólo ya está presente en nuestro país, sino que es más barata que otras soluciones similares.
De hecho, los certificados que respaldan cada transacción requieren un 95% menos de almacenamiento que otras tecnologías de estándar similar.
¿Y cómo se usa? La mecánica es simple: si por ejemplo el cliente de un retailer quiere aumentar el cupo de su tarjeta de crédito puede entrar a la app o a la página de la empresa y solicitarlo. Y si se aprueba de inmediato, en vez de firmar o ir a la sucursal, puede firmar y leer en el teléfono el contrato. Junto con eso, deberá posar y tomarse una selfie, lo que comprobará que quién aceptó es el cliente, y no otra persona.
Y ojo que decimos “posar” porque esto no es una simple selfie, sino que la solución le pedirá que tome distintas actitudes para la cámara, tomando posturas que permitirán evitar fraudes con fotos impresas, por ejemplo, pero, a la vez, permite corroborar un alto porcentaje de las 123 “minucias” que revisa esta solución.
Es que nuestro rostro es único e irrepetible por esas minucias, que convierten nuestra cara en una huella digital.
Así, le pedirán que se gire, que mire para arriba, para abajo, se ria y, un par de segundos después, el cupo de su tarjeta de crédito va a haber crecido.
Sin más trámite.